Acogiéndonos al lema del Festival Paraíso: música electrónica y otras artes, podemos asegurar que esta segunda edición ha sido todo un éxito.
Su público masivo y la enorme repercusión en redes sociales lo confirman. Y es que todo el mundo hablaba del festival. Lógico.
Tras el alarde de su primera edición muchos asistentes no dudaron en repetir. Para otros era su primer año. Lo que está claro es que todos repetirán.
La clave del paraíso es crear un line-up bastante prometedor donde oscilan y confluyen diversos estéticas musicales. Siguiendo siempre una coherencia en cuanto al estilo, el público iba a sentirse identificado en todo momento. Desde la electrónica más experimental hasta el dub o reminiscencias al italodisco iban apareciendo simultáneamente entre los cuatro diferentes escenarios. La multitud ha sentido la música; ha bailado y ha saltado.
El festival Paraíso ha dejado claro que la electrónica está en auge. En realidad nunca ha dejado de estarlo. Cerrone, con su live set, se encargó de realizar una de las actuaciones más aclamadas por los asistentes. Todos querían vivir el momento cumbe de Climax bajo su tema Supernature, escogido para cerrar la actuación.
También Polo & Pan fueron acogidos entre los allí presentes. Una mezcla entre el nirvana y constantes sacudidas hicieron posible actuación sorprendente.
Peggy Gou se posicionó entre las más vitoreadas de la noche. Estuvo casi dos horas poniendo temazos que no dejaban de bailarse.
Nadie quería perderse nada. Muchos iban de un escenario a otro para disfrutar de diversos dj a la vez y experimentar diferentes sensaciones.
Este año el festival ha introducido una nueva propuesta. Ésta es la implantación de un escenario donde se daría cabida a nuevos artistas emergentes del panorama nacional. Sin duda, una propuesta que ha permitido descubrir nuevas potencias de la electrónica.
En tan solo dos días el Festival Paraíso ha acogido a miles de personas que anhelaban disfrutar y pasarlo en grande. Creo que, y tras 49 actuaciones todos estamos más que satisfechos. Hasta el año que viene, Paraíso.
